En toda mi vida he puesto muchos Arbolito, y sin temor a equivocarme puedo decir que todos en la familia lo disfrutan, buscar el tema, los colores, como hay que colocar los adornos, las luces, que si mas arriba o mas abajo, la bola del otro color, etc.; Todo es una experiencia que nos une y da motivos para compartir. Pero hay papá, cuando se acaba la fiesta y es necesario quitarlo, nadie quiere, lo primero es que algunos esperando el momento preciso llegan mas allá del día de la virgen, bueno de hecho tengo una amiga que una vez le tiro una funda negra de basura y lo guardo en un closet, solo por no tener que desarmarlo. que les parece!
Sin embargo para mi es un momento o un largo momento, que aprovecho para revisarme, lo comparto porque espero que a alguno le sea de utilidad, al remover los adornos de toda la casa, casi siempre empiezo buscando las cajas, organizandolas y clasificando donde va a parar todo, al estar frente al Arbol, para mi es como verme al espejo desde el alma, cuantas cosas nos colgamos, adornos, luces, santas, follajes, campanillas y cualquier cosa que haya cruzado por el frente, nos ponemos como el Arbol, bonitos frente a la puerta, a veces con tantos adornos que no se ve la realidad, nadie ve las ramas, ni el tronco, nos hemos puesto tantas cosas encima que nos perdemos, algunas veces ni nosotros nos reconocemos, nos convertimos en el Arbolito lindo para los otros. Y donde estamos? casi siempre ahí debajo, a veces temerosos de que nos vean como somos porque no estamos de acuerdo o quizás no nos sentimos a gusto, en el peor de los casos no creemos cumplir las expectativas de quienes vinieron a ver el arbolito. Para mí, aceptarnos, debiera ser la meta, uno a uno remover los adornos, separarlos y clasificarlos, limpiarlos y guardarlos y ver al fondo que queda, cuanto se disfrutó mi arbolito, Lo disfrute YO, fui feliz o tenia demasiadas cosas encima para poder moverme, para brillar???
Piensa cuando quites tu arbolito si valió la pena, si puedes vivir sin los adornos, sin las luces, solo siendo tú día a día, dando lo mejor, confiando en Dios, no son los adornos que nos ponemos, es lo que transmitimos, es lo que damos, lo que nos hace brillar, ahora guarda las cajas y quién sabe a fin de año cuando te toque ponerlo una vez más, probablemente puedas poner en agenda ese día para quitarlo y que sea también divertido!!!